DISCURSO DEL PRESIDENTE ENTRANTE, DR. CLAUDIO RUÍZ EN LA SESIÓN SOLEMNE DEL 21 DE ABRIL DE 2016

Ante todo quiero agradecer la presencia de todos ustedes en esta sesión solemne, especialmente a las autoridades de la asociación médica argentina por permitir recibirnos en su casa.

La sociedad argentina de cirugía torácica está a punto de cumplir 70 años, y muchas figuras de la cirugía torácica formaron parte de esta sociedad, tal como Ricardo Finochietto, Rene Favaloro etc. Hoy nuestra sociedad se encuentra institucionalmente consolidado, con sus cuentas equilibradas, baja morosidad y con un número de socios en aumento. Pero nos falta mayor inserción en el interior del país, tener una base de datos única, lograr mayor participación de los socios y como objetivo primordial mejorar la calidad laboral. Este último concepto implica trabajar en tres frentes: el primero en el mejoramiento de la calidad educativa de nuestro centro de formación; A nivel de las instituciones categorizando las mismas para permitir lograr un conocimiento de la complejidad de las mismas. El punto más crítico corresponde al tema laboral que engloba la tarea de mejorar los honorarios profesionales que en esta época son verdaderamente vergonzantes.

Este último objetivo va en absoluta concordancia con la tarea que viene realizando la asociación argentina de cirugía en lo que respecta a los honorarios profesionales y el cuidado de las fuentes de trabajo. El logro de un nomenclador digno y el trabajo de la comisión de asuntos laborales de nuestra sociedad afirman lo ante dicho.

Quiero agradecer a todo el servicio de cirugía general del hospital Posadas en especial a su jefe, el doctor Francisco Tarsitano por haberme permitido formarme como cirujano General y Torácico. También agradecer al hospital Italiano de Buenos Aires, a su jefe el Doctor Enrique Beveraggi y al Dr. Bartolomé Vassallo por recibirme en su servicio e integrarme al equipo del trasplante pulmonar. En dicho Hospital realizamos con éxito el primer trasplante unilateral de pulmón en octubre de 1992.

Para finalizar quisiera agradecer a mi familia por su afecto y su paciencia y hacerle un pedido a dios nuestro señor para que ilumine al pueblo Argentino y nos permita encontrar el camino que nos lleve a construir un país más justo, más libre y más generoso.

Muchas gracias
Dr. Claudio Ruíz

DISCURSO DEL DR. ROBERTO LAMY EN LA SESIÓN SOLEMNE DEL 21 DE ABRIL DE 2016

Autoridades presentes, Doctores Miguel Galmés y Alejandro de la Torrer, consocios, colegas, Sras y Sres. Voy a ser muy breve porque, como siempre ocurre en nuestras sesiones públicas solemnes el verdadero protagonista, además de la institución, es el presidente que asume con su nueva Comisión Directiva.

Como la mayoría de Uds. saben, esta sesión debería haberse efectuado en el año 2015. La renuncia del presidente en ejercicio, por motivos personales, primer caso en 70 años de existencia de nuestra sociedad, nos puso ante una pequeña crisis que fue resuelta rápidamente por nuestro consejo consultivo, formado por los ex presidentes, cuya decisión fue ratificada por medio de una asamblea extraordinaria. Eso nos permitió continuar con nuestras actividades sin inconvenientes. Pusimos, como dice la célebre zamba, la tropa nuevamente en la huella. El episodio también prueba que la institución no solo vence al tiempo sino que es mucho más importante que los circunstanciales protagonistas que la conducen.

No voy a enumerar, no se asusten, lo que se logró, los proyectos que no pudimos concretar hasta ahora y todo lo que falta por hacer. Creo que lo más importante fue que mantuvimos el rumbo marcado por nuestros predecesores, y que nuestra sociedad es sólida científica y económicamente, a pesar de vivir en un país con conflictos de todo tipo. Como dije en otra oportunidad, hoy tenemos una sociedad de pie, y una gran responsabilidad porque somos el único espejo donde se reflejan los cirujanos torácicos de todo el país.

La continuidad estratégica en la conquista de objetivos claros es la clave de todo emprendimiento exitoso. En ese sentido estoy particularmente esperanzado con nuestro futuro. Dejo la presidencia en manos del Dr. Claudio Ruíz y una Comisión Directiva de lujo. No hace falta que presente al Dr. Ruíz, porque es conocido por todos nosotros. Jefe de Cirugía torácica del Hospital Alejandro Posadas, gran cirujano torácico y mejor persona. Elegido por todos nuestros consocios es la persona que va a conducir a nuestra asociación y estamos convencidos que va a estar a la altura de las circunstancias.

Permítanme, para terminar, agradecer a quienes me acompañaron durante mi gestión, tanto durante el primer año de ejercicio como los meses de obligada reentre. Ellos son los Dres. Claudio Ruíz, Gustavo Lyons, David Smith, Rubén Valiente, Gustavo Segura, Horacio Mendizábal, Celestino Aranda, Tamara Portas, Leonardo Pankl y José Menéndez. También por supuesto a nuestra secretaria ejecutiva y alma mater, Mariela Luján Ramos. A todos ellos, y a ustedes, muchas gracias.

DISCURSO DEL DR. JUAN MANUEL CAMPANA EN LA SESIÓN SOLEMNE DEL 21 DE ABRIL DE 2016

Discurso pronunciado ante la Sociedad Argentina de Cirugía Torácica en oportunidad de serle entregado el título de CIRUJANO MAESTRO, el día jueves 21 de abril de 2016 en el Aula Magna de la Asociación Médica Argentina.

Quiero agradecer a la Sociedad Argentina de Cirugía Torácica, a su Presidente, a la Comisión Directiva y a mis Pares, este galardón con el que me han premiado.

Me formé en Cirugía Torácica en el Hospital del Tórax «Dr. Antonio Augusto Cetrángolo» Vicente López – Prov. de Bs.As.) en el cual el Dr. Ángel N. Bracco instaló su Escuela, cuyos primeros discípulos fueron aquellos que, en el año 1962 (año de mi comienzo), fueron sus Subjefes los Dres. Roberto H. Lamy (padre) y Juan L.M. Boutellier. En aquel maravilloso Hospital nos referíamos a los pacientes por su apellido. Nuestra humanidad en el trato con ellos era supervisada por Bracco y sus Subjefes hecho que era muy raro de ver en otros hospitales y hoy se encuentra, lamentablemente, en desuso.

Ofrezco este galardón a todos los que me enseñaron. A mis Padres, que ya no están, a mis amigos aquí presentes; a mi Esposa con la que tuvimos tres hijos ejemplares y nueve adorados nietos, pidiéndoles disculpas por las horas restadas a la Familia en esta profesión que tantas angustias provoca.

No quiero terminar sin dejar una reflexión: estoy consciente de entrar en el último acto de una vida destinada a la Medicina y, con ella, al » lungo studio e il grande amore «. Su sentido lo encontré en Confucio que vivió cinco siglos a. J.C. y que aconsejó: » ELIGE UN TRABAJO QUE AMES Y NO TENDRÁS QUE TRABAJAR NI UN SOLO DÍA DE TU VIDA».

¡Muchas gracias!